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Un año de cambios

Gimnasia no recibió el total de los aportes prometidos para la temporada anterior y el cierre del libre deuda, nuevamente, se transformaba en un dolor de cabeza para los dirigentes. La salida a esa problemática, que a la vez impedía concluir de cerrar el nuevo plantel, fue la de sumar al Grupo Indalo como el main sponsor del equipo de Liga Nacional. “Nos encontró en un momento difícil desde el punto de vista económico, con muchos problemas para cerrar los libres deuda de la Liga anterior y ahí fue que el Grupo Indalo se acercó, representado por Fabián De Souza, a ofrecernos esta posibilidad de darnos un respiro y poder trabajar juntos”, recuerda Juan Pablo Luque. Esta decisión tuvo adeptos y contras. Los que se oponían justificaban su bronca en que Gimnasia dejaba de ser un club y pasaba a ser Gimnasia Indalo, sin embargo el propio presidente de la institución deja en claro que esto no es tan así: “Esto no quiere decir que Gimnasia deja de ser Gimnasia, lo único que cambia es el nombre del equipo en la Liga Nacional. Esto nos pareció totalmente viable, moderno y realmente es lo que se viene en todos lados”. En el plantel también hubo cambios. Permanecieron con contrato Fernando Funes y Mariano Franco; y Diego Romero y Federico Mansilla renovaron su vínculo por una temporada más. Sin saber que iban a recibir el espaldarazo económico de Grupo Indalo, se deja ir a Nicolás Casalánguida que en franco ascenso de su carrera necesitaba poder llevar adelante un proyecto más ambicioso. En su lugar se incorpora a otro conocido de la casa como Marcelo Richotti. “Fue una persona que nos gustó desde el lado que conocía Comodoro, tenía ganas de volver a la ciudad y creíamos que necesitábamos tener una relación con un entrenador como Marcelo, pudiendo tener una conversación fluida y presencia dentro del proyecto”, explica Luque. A la base de nacionales que quedó del año pasado se le sumaron Pedro Franco, Roberto Gabini y el juvenil Santiago Scala. Mientras que el nuevo trío de extranjeros lo integraron tres debutantes en la Liga Nacional como Cedric McGowan, Ikechukwu Ofoegbu y Andrew Feeley. El equipo de Richotti tuvo un muy buen arranque y se posicionaba para ir al Super 8, pero en el mejor momento del verde se decide ir por más cortando a Ofoegbu y trayendo a un Terrence Shannon, que pese a sus antecedentes goleadores no encajó en el equipo. “Arrancamos bárbaro y no sé por qué se fue Ofoegbu. El equipo estaba bien y se pensó que trayendo a alguien más caro y con más puntos en sus manos íbamos a estar aún mejor, pero no es así y el golpe de la salida de Ike fue durísima, él sin decir una palabra en español hablaba con todos”, opina el capitán Romero. Con Shannon el Verde no ganó ningún partido y terminó la Primera Fase en la sexta colocación con 20 puntos y un récord de 6-8. Gimnasia había entrado en picada y comenzaron los cambios dentro del plantel. Además de Terrence se fue Feeley y en su lugar llegaron Ed Nelson y Calvin Warner. Warner no demostró estar a la altura y para fin de año se sumó el experimentado Devin Davis. Igualmente los extranjeros no fueron los únicos en pagar los platos rotos y el base Pedro Franco fue cortado por bajo rendimiento. Para reemplazarlo se apostó fuerte y se repatrió de Europa a Diego Ciorciari. Con esta formación el equipo levantó mucho en el 2012 y ni la salida de Nelson (acuso problemas personales), a pocas fechas del final de la Fase Regular, impidió que el equipo se meta entre los ocho mejores. Como último cambio, en el cierre de la regular, llegó el pívot Kahiem Seawright, quien mostró un rápido acople al grupo. Después de muchos años Gimnasia volvía a afrontar una Reclasificación con localía a su favor. Igualmente esa ventaja deportiva duró muy poco, ya que en el primer juego de la serie La Unión sorprendió en el Socios Fundadores ganando en un ajustado 83-82. Teniendo que empezar a remarla de atrás Gimnasia igualó la serie con un claro 95-81 y viajó a Formosa con la certeza de que podía repetir allá. En el tercero el golpe estuvo bastante lejos de concretarse debido a que el equipo fue goleador por 77-62. Estando contra las cuerdas, en el cuarto La Magia Verde dio una verdadera muestra de carácter venciendo a los formoseños por 83-72. La serie volvió a Comodoro a un quinto y definitorio juego, y ahí Gimnasia lo cerró con mucha autoridad al superar a La Unión por 88-77. Con el envión anímico, el Verde hizo su negocio en Sunchales bailando en el segundo juego al local por 88-72, cortando una racha de diez partidos sin victorias en el Hogar de los Tigres y robando la localía. Libertad además perdió a su figura Robert Battle (por una arritmia) y en Comodoro todos se ilusionaban con un retorno las semifinales. Sin embargo, el equipo de Richotti no le encontró nunca la vuelta al planteo visitante y los de Sunchales concretaron el gran golpe. “Libertad vino a Comodoro a hacer lo único que podía, jugar una zona 2-3 y que tengamos malos porcentajes. Nosotros jugábamos muy mal contra la zona 2-3, esas noches no fueron la excepción y Libertad hizo su negocio. Treise marcaba dos y se nos ponía todo negro”, dice un sincero Romero. El Tigre ganó los dos juegos (85-81 y 81-74) y Gimnasia terminó en un sexto puesto para nada despreciable, pero a la vez con la sensación de que, cómo se dio la serie, se podría haber avanzado hasta las semifinales.

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