En el segundo año de contrato de Nicolás Casalánguida el equipo no pudo mantener su fantástica performance de la temporada anterior, sin embargo pese a tener que jugar la Permanencia no se dejó de cumplir el objetivo de mantener a Gimnasia en la Liga Nacional durante estos dos años en los que se priorizó un reordenamiento económico en la institución. Además del Cuerpo Técnico se mantuvieron con contrato Diego Romero, Germán Sciutto, Gary Buchanan, Nicolás Ferreyra, Ignacio Alessio y Nicolás de los Santos, quien pasaba a ocupar ficha mayor. Y como caras nuevas llegaron Andrés Rodríguez, el conocido Federico Mansilla, el juvenil Martín Miner y el rendidor extranjero Hakeem Rollins. Lo más sobresaliente de esta temporada se vio antes del inicio de la propia Liga Nacional, cuando el Verde registró su mejor participación en la desaparecida Copa Argentina. Primero conquistó invicto el Grupo 8 (junto a Independiente de Neuquén, Estudiantes de Bahía Blanca y El Nacional de Monte Hermoso), y luego se ganó el pase al Cuadrangular Final, junto a Peñarol, en el cuadrangular de la zona Sur que se organizó en el propio Socios Fundadores. La definición del torneo se realizó acá cerca en Trelew, donde Gimnasia estuvo muy cerca del título quedando segundo en un triple empate con Quimsa (campeón) y Peñarol. En su debut perdió ante los santiagueños por 68-54, en la segunda jornada aplastó a los marplatenses por 82-66 (Buchanan 22 puntos) y en el cierre del cuadrangular superó a Sionista por 81-66 (Miner 16). Cabe destacar que La Magia Verde debió afrontar las instancias finales del certamen sin la presencia de un pilar del esquema como Sciutto por un desgarro. Esa gran Copa Argentina hacía prever otra gran temporada en el inicio de la Liga Nacional, sin embargo el equipo de Casalánguida no logró mantener los buenos resultados cosechados anteriormente y el final de la Primera Fase lo encontró en el penúltimo lugar de la zona Sur con 19 puntos y solamente cinco juegos ganados. “Empezamos jugando muy bien y luego el equipo se fue diluyendo con el paso de los partidos. Algunas bajas por lesiones no nos permitieron estar estables durante el año, pero también el resultado de esa temporada era más lógico respecto al plantel y posibilidades que teníamos”, recuerda el propio entrenador comodorense. El receso por las fiestas y el inicio del 2010 parecían ser un gran momento para comenzar la remontada. Sin embargo una dura caída ante Boca, en el juego 1.000 de Gimnasia en la Liga Nacional, derivó en el primer cambio dentro del plantel con la salida Buchanan. “Tuvimos durante todo el año problemas con el puesto de escolta y Gary pagó los platos rotos pese a que el cumplía con su trabajo y era excelente para el grupo”, explica un DT que con la llegada de Mike Jones buscaba una mayor cuota de gol que los 11,9 tantos por partido de Gary. Este nuevo extranjero ya había mostrado sus pergaminos en la Liga Nacional jugando para Peñarol aunque en este caso poco pudo demostrar. En su segundo partido con la camiseta del Verde se lesionó la rodilla y poco más pudo hacer pese a su insistencia por continuar jugando unos partidos más. La segunda apuesta para reemplazar a Buchanan fue el campeón Charles Jones. En este caso no se priorizó la cuota de gol que se buscaba en un principio sino que se apostó a que Charly desde su talento y su temperamento ganador le dé un salto de calidad al equipo. El tercer ciclo del ex Chicago Bulls en Comodoro estuvo muy lejos de los dos anteriores, tanto en su rendimiento individual como en el colectivo. Tras seis partidos, en los cuales promedió 4 puntos y Gimnasia solamente ganó dos, Jones fue cortado. En el desfile de escoltas extranjeros el próximo en llegar fue Bjorn McKie, quien traía sus sobrados pergaminos de Euroliga pero con notorios problemas físicos. También se decidió un cambio en el plantel de nacionales con la llegada del tirador Leandro Masieri por Rodríguez, quien no pudo aportarle al equipo lo que se esperaba con su contratación. “En el corte de un compañero siempre pienso que es responsabilidad de todos”, cuenta el capitán Romero y a la vez reconoce que lo de Leandro “fue una bocanada de aire fresco con su alegría y optimismo”. La situación del equipo no mejoraba, Gimnasia se hundía en el fondo de las posiciones y las chances de jugar la Permanencia se acrecentaban. Tras una dura derrota en Mar del Plata ante Peñarol por 49 puntos (96-47) se escucharon rumores sobre una posible salida de Casalánguida, pero no fueron más que eso ya que la dirigencia jamás dudó de Nicolás. “Nunca pensamos en cambiarlo a Nicolás. Sabíamos que el primer año habíamos armado un equipo para pelear el descenso y salimos cuartos, el segundo año quizá nos confiamos y emocionamos con repetir y fue un año difícil en lo deportivo. Igualmente sabíamos que Nico tenía todas las condiciones como para no descender, algo que era nuestro verdadero objetivo de los dos años”, comenta Juan Pablo Luque. Por su parte el propio DT marca que nunca pensó en dar un paso al costado ya que veía un gran compromiso e interés de revertir la situación en el grupo. Mientras que Sciutto desde su lado de jugador agrega: “Nunca temí por el descenso, ya que a pesar de todo teníamos muy buen equipo en lo individual y eso te daba seguridad”. Sobre el cierre del límite de recambio de extranjeros Gimnasia se jugó su última carta con Gerald Brown y ahí sí que Casalánguida dio en la tecla. “Necesitábamos un jugador de carácter para revertir el mal momento. Buscábamos un líder, que tenga capacidad de anotación y que a la vez tenga experiencia para afrontar el mal momento. Si bien no era la posición que buscábamos pudimos soltarlo a Ferreyra de dos para que pueda anotar con su tiro externo”, revela el entrenador sobre la decisión de traer un base en vez de un escolta. De entrada el ex Phoenix Suns mostró una gran predisposición corriendo, literalmente, en los aeropuertos para poder llegar a Comodoro a tiempo para jugar, luego de salir campeón en México unos días antes. Con Gerald el equipo ganó cuatro de los últimos cinco partidos de la Fase Regular y, pese a no poder llegar a la Reclasificación, se aseguró la localía para la Permanencia. Gimnasia ya había jugado estas instancias en cinco ocasiones, aunque la del 2010-por diferencia en los sistemas de competencias- era la primera vez que se estaba a un playoffs de poder perder la categoría. “Nosotros teníamos un equipo muy joven para jugar la permanencia y hubo que hacer mucho de psicólogo en esa serie”, expresa Romero sobre la situación de tener que defender una historia liguera de más de 20 años. Gimnasia puso primera en la serie con Central Entrerriano con un trabajado 78-70 en el que se destacó el goleo de Rollins con 18. Dos días después, los cuatro triples de Masieri en el segundo cuarto le dieron una buena ventaja al Verde que manejó la diferencia y repitió el triunfo por 87-73. El conjunto de Casalánguida había cumplido su primer objetivo de la serie de mantener la localía y viajaba a Gualeguaychú con la intención de terminar todo allá sin forzar un quinto partido en el Socios Fundadores. El tercer juego se fue a suplementario y con un gran Ferreyra (autor de 34 puntos), Gimnasia lo ganó por 95-87 en un eterno tiempo extra que duró cerca de una hora debido a un corte de luz. Por su puesto que nadie deseó jugar estas instancias, pero en el análisis final vale marcar que se cumplió el objetivo planteado para estas dos temporadas de permanecer en la Liga Nacional con un presupuesto austero.
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