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Nunca se encontró como equipo


Después del difícil cierre de temporada anterior, la Comisión Directiva (a cargo nuevamente del 100% de las decisiones sobre la Liga Nacional) decidió volver un poco a las fuentes repatriando a Daniel Allende y haciendo ruido en el mercado nacional con la incorporación de Hernán Montenegro y un Gabriel Cocha que cada vez estaba más afianzado en la Liga. “Ahí llegué más asentado en la Liga, estaba con otras expectativas, vine a jugar más y tener más protagonismo”, recuerda el propio Gaby. La otra incorporación nacional fue el rendidor Walter Guiñazu. Mientras que se mantuvieron en el plantel del año pasado Sergio Aispurúa, Martín Ipucha y Oscar Chiaramello. Como extranjeros llegaron el Oso Darrell Pinckney para ser el pívot y un terrible anotador como Darrin Robinson que lamentablemente duró muy poco por temas de conducta y de grupo. En sus seis partidos jugados en La Magia Verde promedió 30,7 puntos. Con la nueva reglamentación de que los partidos durarán 48 minutos los juveniles comenzaron a tener más posibilidades de ver acción y en Gimnasia los que comenzaron a tener su espacio en la rotación del Trompo Allende fueron Pablo Moldú y Juan Manuel Davico. En los nombres el equipo estaba bien equilibrado y con un buen recambio desde el banco pero ya sea por cuestiones deportivas o de convivencias las piezas nunca lograron ensamblarse y el verde transitó por la irregularidad durante casi toda la temporada. La actualidad económica/institucional del Club tampoco ayudaba a la situación y el plantel tenía muchos problemas para cobrar generando mal humores que luego inconscientemente son trasladados al juego. “La última historia mía en Comodoro me da un poco de vergüenza. Todo fue un caos, los resultados y el momento institucional. Era un equipo armado a través de Montenegro y los estados de ánimo de Hernán tenían muchos altibajos, además andaba con muchos problemas personales”, se sincera Ipucha. Dentro del juego los constantes cambios de extranjeros en la posición del escolta tampoco permitían que el equipo se afirme. Tras la rápida salida de Robinson en su lugar llegó un garantido como Andrew Moten que no estaba en los promedios de su anterior temporada aunque seguía siendo un goleador temible que hasta amagó con otro récord cuando en la 10ª Fecha le anotó 52 puntos a Andino de La Rioja. Con Moten en el equipo y la reaparición de Montenegro tras una lesión, los de Allende vivieron su primavera en la temporada y llegaron a alcanzar la segunda posición en la 17ª fecha. Sin embargo en el mejor momento del equipo una lesión en el tobillo lo deja a Andrew afuera del equipo y obliga a un nuevo cambio. El nuevo extranjero fue David Ancrum, otro animal en lo que se refiere a anotación. El neoyorquino arribó a Comodoro con 36 años que poco se sentían, en siete partidos promedió 33,4 lo que marca el mejor promedio de un jugador de Gimnasia en la historia de la Liga Nacional. Los puntos de Ancrum no alcanzaron para mantener al Verde arriba y el equipo cayó a la mitad de tabla, una posición acorde a su irregularidad. Además otra vez la mala fortuna con las lesiones le jugó una mala pasada y el nuevo extranjero se rompió los ligamentos de la rodilla obligando un nuevo cambio. Con la salida de David también se dio la de Pinckney por razones tácticas. Con la nueva pareja de extranjeros (Kevin Upshaw y Eddie Roberson) Gimnasia cerró la Primera Fase entrando a la A1 en la octava colocación con récord positivo de 17-13 y 46 puntos. Finalizada la Fase Roberson se marchó con sus pobres seis puntos de promedio y en su lugar llegó el reconocido Mario Butler. El panameño llegó a los 38 años en plenitud física (jugó profesionalmente hasta los 52) y se transformó en el jugador más regular del equipo conformando una gran dupla de internos con Montenegro. “Con Hernán nos dividíamos la pintura, nos acoplamos muy bien. Él se encargaba de los más grandes y yo aflojaba a los otros con mi fuerza”, cuenta Butler y además agrega que estaba en muy buen estado ya que a diario salía a correr por la playa de Rada Tilly. La A1 no fue para nada sencilla para Gimnasia que de entrada debió sufrir las ausencias de Cocha y Aispurúa (casi no vio acción en la A1 por una lesión en el hombro que luego lo llevó a ser operado). Tres derrotas seguidas hundieron al Verde en el fondo y recién se logró festejar en Córdoba ganándole a Atenas por 112-109 en una noche bárbara de la dupla Montenegro-Butler que se combinó para 59 puntos y 22 rebotes. La resonante victoria no impulso un emerger del fondo sino que el equipo volvió a la senda de la derrota y encima pasó a jugar prácticamente sin escolta extranjero. Se dejó ir al regular escolta Upshaw para que vuelva Moten que dijo que estaba recuperado pero no lo estaba y en su lugar terminó viniendo Michael Beasley, quien pese a un par de buenas actuaciones no estaba a la altura. Gimnasia cerró la A1 con un pobre récord de 3-11 y simplemente no quedó último debido a que Peñarol sufrió el descuento de un punto. En la Reclasificación el rival fue Ferro con ventaja de localía para Gimnasia sin embargo en ese momento ni la fortaleza histórica del Socios Fundadores ayudó a ese equipo. El Verde ganó el primer juego por 118-102 con una gran noche de Cocha y Butler que anotaron 27 puntos cada uno. El quiebre de la serie para los capitalinos estuvo en el segundo juego cuando se impusieron en el Socios por 127-119 en un partido que se definió en un tiempo extra. Dentro de su irregularidad durante la temporada Gimnasia había conseguido un par de resonantes victorias en la ruta y daba la sensación que lo podía repetir en cualquier. Pero el elenco de Daniel Allende jugó su peor básquet en el momento más importante de la Liga y en Héctor Etchart de Caballito no fue la excepción. Perdió los dos juegos (99-89 y 107-91) y por segundo año consecutivo debió disputar la Permanencia. Cómo único derrotado de la A1 en la Reclasificación, Gimnasia debía enfrentar a Pico F.C. el peor clasificado de la Regular sin embargo esta serie iba estar muy lejos de ser un trámite para Gimnasia. Butler, a esa altura el jugador de mejor y más parejo rendimiento del equipo, es convocado por la selección de Panamá para el Centrobasket y por reglamentación debe viajar si o si ya que si no sería suspendido. Los dirigentes de Gimnasia hicieron gestiones para posponer los partidos definitorios de la serie pero ni eso alcanzó para que Mario pueda retornar y se afrontó esta instancia de playoffs casi sin extranjeros ya que Beasley cada vez veía menos minutos en cancha. Incluso el foráneo se escapó de Comodoro sin aviso antes del quinto juego. El Verde metió los dos primeros juegos en casa pero no pudo sellar la permanencia en La Pampa y todo se definió en un quinto juego en el Socios Fundadores. Ahí el Loco Montenegro dio muestras de toda su categoría y con una soberbia actuación de 32 puntos y 11 rebotes lideró el 105-94 con que Gimnasia cerró una temporada muy turbulenta en la que nunca pudo encontrar el equipo que quiso formar y terminó disputando una inesperada Permanencia.

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