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Jamás pudo levantar vuelo


Gimnasia atravesaba un momento económico e institucional complicado, el negocio del Bingo no daba los ingresos que habían prometido los organizadores y la crisis económica se hizo notar en el armado del nuevo plantel de la temporada 1995/96. De la Liga anterior se hizo una renovación casi por completa quedando en el equipo solamente el entrenador Daniel Allende, Gabriel Cocha y los juveniles de la cantera Pablo Moldú y Juan Manuel Davico que a distinto nivel iban incrementando sus minutos en cancha. Se cerraron ciclos de jugadores ya muy identificados con Comodoro como Martín Ipucha, Sergio Aispurúa y Oscar Chiaramello, y en sus lugares de obreros llegaron a reemplazarlos Daniel Arenas, Patricio Simoni y Federico Susbielles. Esta Liga no hubo una contratación rutilante del mercado como años anteriores y la apuesta más grande del equipo fue la incorporación de una figura emergente Ernesto Michel que pese a terminar la temporada disputando los Juegos Olímpicos de Atlanta nunca pudo terminar de explotar en Gimnasia ni en la Liga Nacional los años siguientes. La última ficha mayor del plantel fue ocupada por un jugador formado en el club como Federico Alesso y para la ficha sub23 que se implementó esa temporada se contrató al comodorense Sergio Zalaya. Este plantel era acompañado por una rendidora pareja de extranjeros que conformaban Mark Buford y Randy Carter (llegó en la quinta fecha por un irregular Jerome Batiste). Con menos figuras que años anteriores la apuesta de Allende era a la juventud dándole muchos minutos a Moldú y Davico. Ellos emergían como las principales caras de la cantera y tenían mayor protagonismo que algunas de las fichas mayores y sub23. “Las aspiraciones fueron siempre las mismas, las de ganar. A veces con mayores posibilidades por plantel y otras más limitados como sucedió en esa Liga”, reconoce el ex DT. Como los juveniles uno que también se vio beneficiado en lo personal fue Cocha. Él nunca planteó objetivos personales sobre los grupales, sin embargo al Negro esa temporada le vino muy bien para afianzarse en la posición de escolta (Arenas y Moldú se alternaban la base) y crecer en protagonismo ya que por primera vez era el jugador nacional franquicia. “Allende fue clave para mí, porque yo venía jugando de uno y él quiso que juegue de escolta. Él influyó para que yo tenga más ‘egoísmo’ en mi juego, me veía como un jugador que distribuía mucho el juego y él me pidió que ese año me dedique a mí porque el equipo lo necesitaba. Empecé a jugar más de tirador, tratar de hacer puntos y explotar el físico en el contragolpe”, analiza el propio Gabriel que a la vez reconoce que esa temporada le sirvió para agregarle más cosas a su juego y luego poder desarrollarse en varios puestos durante su carrera. Pese a un repunte de seis victorias en siete partidos que ubicó al equipo en el sexto puesto promediando la Primera Fase, el Verde nunca se pudo meter en la conversación por entrar en la A1 y concluyó la Fase en la 12ª colocación con un pobre récord de 13-17. El factor lesiones también complicaba las cosas ya que un plantel tan corto (Allende no incluía con frecuencia en su rotación a Alesso y no utilizaba al sub23 Zalaya) las ausencias se sentían el doble. Mitchel, Arenas, Cocha, Simoni y Carter (reemplazado temporalmente por Melvin Simon) en distintos momentos se fueron ausentando por lesiones y limitando el recambio del equipo. Con jugadores de la entrega de Simoni, Arenas, Susbielles, Cocha y Moldú era muy difícil cuestionar una falta de actitud en el equipo pero los resultados nunca aparecieron. Gimnasia tampoco encontraba el rumbo en la A2 y se comenzaba a mentalizar en posicionarse con ventaja de localía para los playoffs de Permanencia. Tras romperse el cruzado posterior de la rodilla derecha, Cocha volvió en la última fecha de la Segunda Fase y el Mensana logró terminar en la 4ª posición entrando en la Reclasificación. Por el nivel que arrastró Gimnasia durante toda la temporada bajar a Independiente de General Pico (5º en la A1) era una hazaña pero con estos playoffs se aseguraba jugar la Permanencia con ventaja de localía. Tal como estaba en los planes los pampeanos barrieron la serie con comodidad (98-85, 122-110 y 120-112) y los comandados por Allende debían ratificar a Gimnasia en la Liga A enfrentando a Estudiantes de Bahía Blanca en el primer playoffs de la Permanencia. En esta instancia La Magia Verde fue muy superior a los bahienses y los limpió ganando el cuarto en el propio Osvaldo Casanova por un abultado 119-92 con grandes actuaciones de Cocha (24 puntos y ocho asistencias), Carter (29 y 10 rebotes) y Buford (21 y 15). Con este triunfo no sólo se terminó la séptima temporada consecutiva, sino que también fue el final de la segunda etapa de Daniel Allende como entrenador de Gimnasia.

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